Parece confirmarse que Samsung incorporará 4 GB de RAM a su Galaxy Note 5, o al menos así lo asegura SamMobile. Una noticia que lleva barruntándose desde hace meses, y que supone el salto lógico para el que es considerado por muchos como la gran ‘bestia’ del catálogo de smartphones de Samsung.
4 GB de RAM en un teléfono es una cifra gigantesca, digna de los ordenadores con sistemas operativos de escritorio, y que habitualmente son mucho más versátiles y capaces que un teléfono móvil. Para muchos una carrera más por medir características y ver quién ofrece más y más; para otros, una necesidad motivada por el auge devorador de un sistema tan consumista como es Android.
¿Para qué sirve tener tanta RAM?
La RAM es un de las memorias de todo ordenador, y aquí entendemos los smartphones como un ordenador más. Se utiliza como intermediario entre el almacenamiento y el procesador, para albergar datos de forma temporal que son utilizados por la CPU para ciertas tareas de cómputo y ejecución.
Habitualmente la RAM está íntimamente ligada con grandes volúmenes de información, incluyendo no sólo datos ‘puros’ (bytes contenidos, por ejemplo, en una base de datos) sino también a grandes imágenes, fotografías o modelos 3D.
En los últimos años hemos venido observando que la resolución de los smartphones ha crecido significativamente. De las pantallas HD a las FullHD, y más recientes a las 2K o QHD. A mayor resolución que ha de mover el sistema operativo y el hardware, mayores requisitos para la memoria RAM; o en otras palabras, cuanto más será mejor. Hablamos de las interfaces del sistema operativo, pero también – y sobre todo – de los juegos que han de ser ejecutados a las resoluciones nativas del teléfono.
Sin embargo, es importante conocer dónde está el límite. Algunos de los buques insignia de 2014 apostaron por resoluciones QHD (en torno a los 2560×1440 píxeles) y optaron por 2 y 3 GB de memoria RAM, demostrando un rendimiento sobresaliente en todos los aspectos de la experiencia del usuario. Véase los ejemplos de LG G3 o Galaxy Note 4 de la misma Samsung.
La tendencia tanto en la RAM como en otros componentes es continuar evolucionando, y esto implica crecer en características. Cada vez más cantidad, de mejor calidad y con mejores consumos. La RAM no iba a ser una excepción, por supuesto, y los 4 GB ya han empezado a verse en la primera mitad de 2015 con ejemplos como Zenfone 2 o el más reciente Lenovo K80.
En la actualidad, tales cantidades de RAM son innecesarias, independientemente del sistema operativo que ejecute el teléfono: ni las aplicaciones ni los sistemas operativos requieren ni necesitan tanta memoria para funcionar correctamente. En el futuro tendrá sentido, desde luego, pero la realidad es que actualmente… aún estamos muy lejos de alcanzar los límites de la memoria RAM en los smartphones.
Otros sistemas ajustan mucho mejor
Una de las claves del mercado en lo relacionado con la memoria RAM es las diferencias existentes entre unos sistemas operativos y otros. Y aquí creo que todos coincidiremos en que Android es uno de los sistemas más exigentes del mercado, en comparación con la competencia de iOS o Windows.
Son sólo los dispositivos Android los que no paran de crecer. 1 GB se quedó corto, y saltaron a los 2 GB, y luego 3 GB. Ahora los 4 GB empiezan a ser el límite superior, pero nadie duda que a no mucho tardarán serán 6 GB, y luego 8 GB dentro de sólo unos pocos años. Al otro lado iOS continúa ofreciendo 1 GB en sus iPhone 6 y 6 Plus – si bien es cierto que se especula con que los 6S podrían traer 2 GB como el último iPad Air 2 – y Microsoft llega a los 2 GB en sus modelos más punteros como Lumia 930 o Lumia 1020, este último precisamente pensando en las posibilidades como dispositivo fotográfico.
Evidentemente todos miran a Android como el gran culpable, con Google como cabecilla de su desarrollo. Desde su nacimiento ha sido considerado como un sistema tremendamente exigente en lo que a requisitos hardware se refiere, con especial importancia para la multitarea, su sistema de ejecución de procesos, máquinas virtuales y demás.
En todos estos años Google ha intentado poner parches a su sistema, con especial mención a la llegada de ART que, por ahora, no ha reducido ni un ápice ese crecimiento en las características de los teléfonos, generación tras generaciones. Ni tampoco hay expectativas para que lo vayan a frenar: la próxima versión Android M promete mejoras en el rendimiento de índole similar a las que han prometido desde hace varias generaciones. Nada nuevo bajo el sol.
El futuro de la RAM
Decíamos antes que como muchas otras características, la memoria RAM no parará de crecer. Los teléfonos incorporarán cada vez más cantidad, algo lógico teniendo en cuenta que a medida que pasan las generaciones la tecnología se abarata y los requisitos van siendo cada vez mayores. Pura evolución.
Sin embargo no sólo debemos determinar la cantidad de memoria, también la tecnología. Muy pronto llegará la LPDDR4 que promete ser un importante salto respecto de la DDR3. Aún es pronto como para determinar una comparativa de la nueva frente a la actual tecnología, aunque sí parece seguro que llegará al mercado a finales de 2015 o principios de 2016 con los Snapdragon 820 como principales valedores. Que nadie descarte que la competencia, mucha y muy feroz, llegue no tardando mucho.
Fuente: Xataka