Mucho tiempo, años, se lleva hablando de la posible desaparición de la tarjeta SIM física. La posibilidad técnica de integrarla en los dispositivos, de virtualizarla o de hacer una tarjeta SIM en blanco que no obligue a los usuarios a cambiarla cada vez que cambien de operador llevan tiempo siendo posibles, pero los estragos que podía tener su adopción en los distintos actores de la industria han retrasado hasta ahora esa posibilidad.
Pero parece que el momento ha llegado. Según desvela hoy el diario económico Expansión, la GSMA, que reúne tanto a operadores como a fabricantes de dispositivos, tendría el anuncio listo para el próximo Mobile World Congress que se celebrará a finales de este mes. La asociación tendría preparado el borrador del plan que llevaría al fin de la SIM física en todos los nuevos dispositivos fabricados a partir de este mismo año.
Apple ya ha experimentado con la tarjeta SIM en blanco, que permite seleccionar desde el propio dispositivo tarifas de distintos operadores de distintos países, pero el paso que parece querer dar la GSMA va mucho más allá. Al contrario que en la iniciativa de los de Cupertino, la propuesta pasaría por integrar la SIM en todo dispositivo conectable a redes móviles, haciendo desaparecer la ranura para tarjetas SIM.
Primero tablets y otros dispositivos, luego smartphones
La implantación de esta nueva tarjeta tendría dos fases. En una primera e inminente, todas los dispositivos con posibilidad de conectarse a redes móviles salvo smartphones (tablets, relojes inteligentes, sensores de todo tipo, coches…) podrían incorporar la SIM virtual, mientras que después del verano llegaría el turno para los smartphones.
Siempre según Expansión, la SIM virtual permitiría almacenar varios perfiles de distintos operadores, aunque solo uno podría estar activo. Con ello se facilitaría enormemente la tarea de cambiar de operador, que podría ser un paso casi instantáneo, pero también ayudaría a rebajar los costes del roaming, al poder seleccionarse cualquier operador de cualquier país.
Todo un reto para las tiendas físicas
El mayor reto, ya que la parte técnica parece solventada, será para las tiendas de los operadores. Sin la necesidad de una tarjeta física, el tráfico de usuarios que pasan por ellas actualmente podría verse reducido drásticamente, lo que llevaría a más de una a tener que bajar la persiana. Tampoco nos olvidamos de los fabricantes de tarjetas SIM, de los cuales querremos escuchar sus argumentos en contra de esta medida.
Igualmente, si se confirma el inicio del fin de la tarjeta SIM física (ya que seguirá habiendo muchos viejos terminales que las necesiten por años) puede suponer toda una revolución para la industria. No solo afectará a los mencionados actores,los operadores también se tendrán que poner las pilas ante la mayor facilidad de los usuarios de dar el salto de uno a otro. Veremos que ocurre, porque este importante paso también tendrá que pasar bajo la lupa de los reguladores.
Fuente: Xataka