Los wearables, en especial las pulseras cuantificadoras tienen mucho que decir desde hace tiempo con la mejora de nuestros hábitos de vida, siendo las aplicaciones que conectan sus datos con nuestros smartphones la pieza clave.
El auge de la tecnología asociada a los wearables todavía sigue activo. Pero más que una moda temporal y superflua, ahora parece madurar poco a poco en torno al usuario, quién encuentra nuevos usos para los wearables en su día a día. Especialmente interesante es la relación entre wearables y salud. ¿Cómo afectan los dispositivos tecnológicos a nuestro estilo de vida? ¿Son capaces de fomentar unos hábitos beneficiosos entre los usuarios? Una aplicación adecuada con la que unir el wearable con un smartphone puede ser el punto de inflexión que necesitan las personas para descubrir nuevas formas de hacer su vida cotidiana más activa y saludable.
Mejora tu salud con pequeñas acciones
Existen una serie de hábitos que pueden mejorar la salud con solo cambiar algunas acciones en nuestra vida cotidiana. Aunque hasta el momento no hay grandes estudios que confirmen las posibilidades que ofrece la combinación de wearables y salud, los expertos son muy positivos a la hora de catalogar el factor beneficioso.
Por ejemplo, existen numerosas evidencias de que hacer ejercicio ligero todos los días disminuye el peligro de sufrir diabetes, obesidad y enfermedades coronarias. Los wearables, por su parte, ofrecen una cantidad de opciones muy numerosas para monitorizar la actividad física de todo tipo, lo que incluye el ejercicio que realizamos, un buen ejemplo de ello es la aplicación de Fitbit para Windows, a través de ella podremos tener una imagen completa de nuestras estadísticas diarias, incluyendo los pasos, la distancia, las calorías quemadas, el sueño o el peso sin salir de la pantalla de nuestro Microsoft Lumia.
Este tipo de aplicaciones permiten gestionar e incluso preparar planes de preparación personalizados, los cuales, de otra manera son imposibles de obtener sin la ayuda de un profesional. Además, una de las grandes bazas de los wearables aplicados al ejercicio, o pulseras cuantificadoras, es la gamificación y socialización que ofrecen aplicaciones como la de Endomondo.
Estos dos puntos son esenciales dentro de los proyectos competitivos personales. También lo son en el desarrollo de los deportes de todo tipo. La manera decompartir los logros personales como hacen la mayoría de aplicaciones y marcar algunos nuevos es una forma que se ha mostrado muy efectiva para promover las prácticas saludables.
La combinación de wearables y actividad física se vuelve patente de forma natural. Por otra parte, otra de las aplicaciones de los wearables asociadas al estilo de vida saludable está relacionado con la naturaleza. Algunos dispositivos están especialmente diseñados como herramientas de navegación y gestión espacial (así como temporal) ideales para practicar senderismo y actividades al aire libre. Esto, además, promueve una concienciación natural ya que los dispositivos digitales nos dan acceso a información útil sobre la naturaleza que nos rodea en tiempo real ofreciendo soluciones hasta ahora imposibles de imaginar. También nos permite prepararnos para eventos como el clima y otras necesidades básicas mediante avisos e informes. Por si fuera poco, los dispositivos nos permitirán grabar nuestra actividad, pudiendo compartir la experiencia con familiares y amigos de una manera sencilla y desde un punto de vista único: el nuestro.
En lo cotidiano está el secreto
Un aspecto fundamental en el que wearables y salud se dan la mano es en los detalles más comunes del día a día. Por suerte es algo que va acercándose al usuario cada vez más debido al progreso técnico y la madurez tecnológica que vamos adquiriendo. Y es que los wearables prometen ofrecer nuevas soluciones para cosas como comprar, cocinar o dormir mejor. Ya no solo en cuestiones activas, como veíamos. Ya están en el mercado wearables como la Microsoft Band encargados de medir nuestras constantes vitales durante el sueño para sugerirnos cambios esenciales. Cambios que van desde las horas hasta al iluminación de la habitación, la postura adoptada, cuándo debemos cenar o alarmas inteligentes como las de powernAPP. También están en desarrollo algunos wearables diseñados en exclusiva para cuestiones como hacer la compra, llevar las cuentas de la casa o incluso analizar los alimentos mediante una nariz electrónica.
Por supuesto, hay un gran interés por parte de la industria médica en unir estos esfuerzos tecnológicos en iniciativas que pretenden concienciar a las personas para cambiar algunos de sus hábitos más nimios, movimientos que hemos visto realizados por grandes multinacionales tecnológicas en los últimos meses.
Ciertamente, uno de los aspectos más interesantes dentro del desarrollo de los wearables se encuentra en el campo médico. Aquí, la tecnología se vuelve increíblemente fina y preparada. La cantidad de dispositivos y aplicaciones desarrolladas con un panel de expertos en salud como apoyo es enorme. Tiene todo el sentido del mundo ya que permite monitorizar al paciente de forma fácil, realista y rigurosa. Existen numerosos wearables, desde pulseras a cascos inalámbricos, pasando por gafas y electrodos, capaces de observar con un detenimiento increíble la evolución de una persona. Más adelante, el médico puede aconsejar o prescribir el cambio de acciones, actitudes o incluso un tratamiento en los casos necesarios.
En definitiva, el mundo que mezcla wearables y salud crece cada día, ofreciendo novedosas formas de mejorar nuestra calidad de vida. La decisión de cómo emplearlos es algo que nos pertenece solo a nosotros. Por suerte, el abanico es ya muy grande y la corriente de concienciarnos cada vez más con nuestra salud sigue en aumento.
Fuente: HiperTextual